
Las tardes son iguales hace treinta y seis años:
el mismo sol cansado de tanto caminar
por los cielos profundos y los mismos rebaños
de nubes sonrosadas viajando sobre el mar.
Hay tardes nebulosas, húmedas y otoñales;
hay tardes encendidas que inspiran sólo el bien;
pero treinta y seis años hace que son iguales.
Yo, que las amo tanto, ¡lo recuerdo tan bien...!
En cada tarde hay una femenina ternura
de paloma, de garza, de manantial, de flor,
donde toda alegría se hace serena y pura,
donde se santifica todo humano dolor.
Pero esta tarde tiene una melancolía
tan honda, tan callada, tan sincera, tan cuel,
tan acremente amarga que hasta se pensaría
que alguien volcó en los cielos una copa de hiel.
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Ricardo Miro
2 comentarios:
los poemas me gustaron le mande el que se llama 36 años a mi novio que tambien tiene 36 le encanto gracias gracias quede como una reina y tuvimos una buena platica chau
otra vez desaparecida
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